MANOS
Miro mis manos
A Imelda… en medio del camino,
en el día de su jubilación.
Miro mis manos
irremediablemente solas
y lejanas a veces
la una de la otra…
y , sin embargo,
se acercan a veces:
son la una de la otra,
esbozan la caricia
suave que sabe casi a traición,
a incesto…
¿para qué si no las manos?
No son la una sin la otra
aplauso, abrazo, caricias
a dos manos…
y , sin embargo,
se quedan mudas
dime qué son dos manos
en silencio,
caídas
a lo largo del cuerpo
la una sin la otra,
dime si no trabajan,
si no se apoyan
la una en la otra…
miro mis manos
a veces están solas.
Mariano Ibeas 2/04/2012
A Imelda… en medio del camino,
en el día de su jubilación.
Miro mis manos
irremediablemente solas
y lejanas a veces
la una de la otra…
y , sin embargo,
se acercan a veces:
son la una de la otra,
esbozan la caricia
suave que sabe casi a traición,
a incesto…
¿para qué si no las manos?
No son la una sin la otra
aplauso, abrazo, caricias
a dos manos…
y , sin embargo,
se quedan mudas
dime qué son dos manos
en silencio,
caídas
a lo largo del cuerpo
la una sin la otra,
dime si no trabajan,
si no se apoyan
la una en la otra…
miro mis manos
a veces están solas.
Mariano Ibeas 2/04/2012
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