¿Y si Van Gogh no se suicidó?
Una de las escenas más desgarradoras de la historia del arte, hasta hace
poco incuestionada, señala el 27 de julio de 1890, como la culminación
de la vida atormentada de Vincent van Gogh. Con solo 37 años se disparó un tiro en el pecho mientras paseaba por la mismas tierras que acababa de pintar en Campo de trigo con cuervos
(julio de 1890), una obra considerada premonitoria del drama que se
cernía sobre el artista. Pero la escena, inspiradora de incontables
homenajes, podría no ser exactamente así: hubo un disparo, pero no hubo
suicidio. Las balas que acabaron con su vida procedían de la escopeta de
unos jóvenes cazadores.
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