jueves, 13 de junio de 2013
MARIANO VIEJO, LA RAZÓN Y LA SÍNTESIS DE SU PINTURA
Mariano Viejo
trabaja a la sombra de la Iglesia de San Pablo, en el corazón del barrio
del Gancho. Habíamos quedado esa mañana en vernos en su estudio para
ver las obras que presentará a principios de Julio en el ECAD y tras
cruzar un patio soleado adiviné a la primera que aquel era un reducto
inexpugnable en el que el tiempo se refugia entre la abigarrada
presencia de la bohemia. Cuadros amontonados, paredes llenas de memoria,
mesas de trabajo, el aire caminando de puntillas en el brillo de una
botella de vino, calma en el caótico desorden de su universo ordenado.
Mariano camina a caballo entre la razón y la síntesis, así nos hablan
sus obras y quizá en su mirada se atisben las ganas de destilar sus
propias conclusiones más aún, desnudas de todo lo superfluo, en la
esencia abstracta del mensaje, austero en cromatismos y rico en
reflexiones. El ser humano Mariano parece flotar en una apariencia de
sabio despistado pero sólo es una ilusión óptica porque sus ojos
esconden el brillo de una innata sabiduría de lo que le rodea. El
artista Mariano Viejo mantiene contra viento y marea su irrenunciable
manera de entender la pintura que usa como pancarta inequívoca de una
postura de fidelidad a sus conceptos más allá de los estilos o
tendencias. Su carrera empezó como un vibrante paisajista para después
pintar los recovecos urbanos de pueblos y ciudades. En ambas disciplinas
fue merecedor de premios y distinciones pero su activa participación en
el Colectivo Plástico de Zaragoza, junto a artistas como Abraín,
Larroy, Cano o Salavera, entre otros, define en Mariano Viejo una
actitud militante de acercamiento del arte a las clases populares dentro
de la total independencia de partidos o consignas y se convierte en uno
de los protagonistas del arte conceptual, demostrando que su evolución
es realmente un complejo proceso en el que la simplificación estética
pretende la sobriedad de discurso y cromatismo para lograr el equilibrio
de una sencillez que sin embargo nos inquieta al ponernos frente a
frente a sus incógnitas.
Las obras que podremos ver en breve esquematizan vibraciones en pinceladas de color que él mismo prepara en su alquimia secreta de la existencia como actor/espectador privilegiado. Mariano Viejo en estado puro.
Las obras que podremos ver en breve esquematizan vibraciones en pinceladas de color que él mismo prepara en su alquimia secreta de la existencia como actor/espectador privilegiado. Mariano Viejo en estado puro.
Que majete Mariano; conocí su primera buhardilla en la Avda. Cesaraugusto, junto al Mercado Central, con Abraim y otras jóvenes promesas de la época. De eso hace ya muchos anos,.... cuando CODEF era un Centro Obrero De Formación, (también hace muchos anos). A veces, me lo encuentro por las tascas de Jordán de Urries, siempre solo, a su bola, tan lejano y tan cercano. El, no se acuerda de mi, y un dia lo salude, sacamos historias de cuando éramos jóvenes, de amigos en común, cuando terminábamos las tardes noches en el Benjamín de la calle Urrea???, ya no me acuerdo! , tomando un vino, hablando de lo humano y lo divino la juventud rabiosa y revolucionaria de esta ciudad, junto a una clientela semimarginal, o marginal total, da lo mismo. Que jóvenes éramos!!!!
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